miércoles, 9 de mayo de 2012

LA HERMANA GEMELA DE LA MONA LISA

Esta ha sido una de las noticias del mundo del arte más importantes de todo el año 2011, y ahora esta empezando a ser conocida por el gran público y por todos los que amamos la pintura del Renacimiento.  

Se ha encontrado una copia “Hermana Gemela de la Mona Lisa” de Leonardo da Vinci, probablemente pintada en el propio taller del artista por alguno de sus discípulos mas próximos, simultáneamente a la Gioconda original, y bajo la atenta vigilancia del maestro, siguiendo cada uno de los cambios y modificaciones que hacía Leonardo sobre su propia pintura.

Recreación de Lisa pintada por Leonardo y Salai en el estudio.
Su estado de conservación es muchísimo mejor que la Mona Lisa del Louvre y probablemente es mucho mas fiel al colorido original que utilizó el maestro para su pintura, la obra de Leonardo que ahora podemos admirar en el Louvre se encuentra cuarteada bajo capas de barniz oscurecido y muy deteriorada.
La Mona Lisa  del Louvre y su Gemela del Prado

La tabla de la Mona Lisa se encontraba en Madrid en el Museo del Prado procedente de las colecciones Reales de los Austrias, probablemente traída por Pompeio Leoni cuando se trasladó a España desde Milán en 1566, contratado como escultor por Felipe II para trabajar en El Escorial. Se sabe con certeza que Pompeio Leoni fue también quien trajo con el los dos códices manuscritos de Leonardo encontrados en Madrid, en la biblioteca Nacional en 1964.

Nuestra Mona Lisa se exhibía desde hace más de 15 años en una de las salas de pintura italiana y se pensaba que era una copia realizada por algún Renacentista Flamenco del siglo XVI, tal vez Hans Holbein el Joven.

Esta es la imagen de la Mona Lisa de Madrid tal como se exhibía en el museo del Prado, antes de su análisis y restauración.
LA MONA LISA SOBRE FONDO NEGRO
Las dimensiones de la “Mona Lisa del Prado” son casi idénticas a las de la tabla original del Louvre: 76X57 centímetros para la copia de Madrid, mientras que la pintura original de Leonardo tiene 4 centímetros menos de alto y mide 77X53.

Uno de los motivos por el que se creía que nuestra Gioconda podía ser una copia realizada en un taller flamenco, era el tipo de madera sobre el que supuestamente estaba pintada, que se había identificado como Madera de Roble. Este tipo de madera era muy corriente en todos los talleres flamencos al norte de los Alpes, pero nunca se utilizaba en los talleres renacentistas italianos.

Pero además del tipo de madera de la tabla había otras diferencias importantes entre ambas pinturas que hacían sospechar (antes del último estudio técnico), que no se trataba de una copia completamente fiel al original:

-         La Mona Lisa del Prado tenía fondo negro. La “madonna” era idéntica en tamaño y en pose a la del cuadro de Leonardo pero aparecía sobre un fondo completamente negro en vez de ante un paisaje de los Alpes como en el cuadro original.

-        Su nitidez es mucho mayor, carece de los famosos “sfumatos” de Leonardo y su colorido es mucho más fresco y menos amarillento que el de la obra del Louvre.

-        Nuestra Gioconda tiene cejas. Todos los críticos estaban convencidos de que la  enigmática sonrisa de la Mona Lisa, que aparece cuando miramos a sus ojos, y desaparece cuando miramos directamente a su boca, había sido deliberadamente creada por Leonardo gracias en parte a estas cejas ausentes.

-      La Mona Lisa del Prado es más joven, aparenta de 20 a 25 años mientras que en el cuadro original del Louvre aparece como una mujer de mediana edad.


¿QUÉ SABEMOS DE LA MONA LISA? 

Antes de conocer  los recientes descubrimientos y todas las respuestas de los especialistas sobre las diferencias (y las semejanzas) entre ambas Giocondas, quizá conviene recordar por qué por qué se llama así a esta pintura, y quien fue realmente la  modelo que posó para el cuadro en el taller de Leonardo:

Se llamaba Lisa Gherardini ( Lisa en español es Elisa) segunda esposa del  mercader Florentino Francesco Bartolomeo del Giocondo, casada en 1495 con 14 años. “Monna” sería una abreviatura (un apócope) de “Madonna”, es decir “Mi señora”.   

En abril de 1503 Francesco Giocondo, probablemente para celebrar el segundo embarazo de su nueva esposa, compró una residencia mayor y encargó el retrato de su mujer al taller de Leonardo. Lisa Gherardini tenía 24 años cuando posó en el estudio de Leonardo.

Leonardo no solía poner títulos a sus obras. El nombre de Monna Lisa con el que se conoce la pintura se lo dio Giorgio Vasari, pintor, arquitecto, y escritor Florentino en su famoso libro: “Las Vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue hasta nuestros tiempos”, publicado en 1550 (31 años después de la muerte de Leonardo en Francia en el año 1519). 

En la biografía de Leonardo publicada por Vasariescribe lo siguiente sobre esta pintura:
“Hizo para Francesco del Giocondo el retrato de su mujer Mona Lisa y, a pesar de dedicarle los esfuerzos de cuatro años, lo dejo inacabado.
Esta obra la tiene hoy el rey Francisco de Francia en Fontainebleau.
 Todo aquel que quisiera ver en qué medida puede el arte imitar a la naturaleza lo podía comprender en su cabeza, porque en ella se habían representado todos los detalles que se pueden pintar con sutileza. Los ojos tenían ese brillo y ese lustre que se puede ver en los reales, y a su alrededor había esos rosáceos lívidos y los pelos que no se pueden realizar sin una gran sutileza.
En las cejas se apreciaba el modo en que los pelos surgen de la carne, más o menos abundantes y, girados según los poros de la carne, no podían ser más reales. La nariz, con todas esas aperturas rosáceas y tiernas, parecía de verdad. La boca, con toda la extensión de su hendidura unida por el rojo de la boca y la encarnación del rostro, no parecía color sino carne real. En la fuente de la garganta, si se miraba con atención, se veía latir el pulso: y en verdad se puede decir que fue pintada de una forma que hace estremecerse y atemoriza a cualquier artista valioso.
 Mona Lisa era muy hermosa; mientras la retrataba, tenia gente cantando o tocando, y bufones que la hacían estar alegre, para rehuir esa melancolía que se suele dar en la pintura de retratos. Tenia un gesto tan agradable, que resultaba, al verlo, algo más divino que humano, y se consideraba una obra maravillosa por no ser distinta la realidad”.

Giorgio Vasari escribió su famoso libro de biografías entre 1542 y 1550. Fue tal éxito en su época, que incluso fue ampliado y se hizo una segunda edición en 1568, y hoy en día es la mejor referencia que tenemos sobre todos los artistas y las obras del Renacimiento Italiano. Hay varias ediciones en Español, por ejemplo la de la Editorial Cátedra del año 2005, pero tambien podemos leer una traducción bastante buena en este enlace.

No es un libro muy objetivo según el concepto moderno del término, y se nota claramente su preferencia por unos pintores (como Leonardo) y su indiferencia hacia otros (como Botticelli). Además en la obra reúne datos auténticos junto con leyendas, anécdotas y rumores, e incluso probablemente incluye historias inventadas por el mismo Vasari, para hacer mas amena su lectura.

Como hemos visto, Vasari además de dar nombre a la pintura, describe el proceso creativo de la Mona Lisa en el estudio de Leonardo. Probablemente se basa en los recuerdos de su discípulo Francesco Melzi (del que hablaremos más adelante) cuando se entrevistó con el para escribir la biografía de Leonardo.  También describe con admiración muchos de los detalles de la pintura (incluidas sus cejas), así que sabemos con certeza que Vasari pudo estudiar y admirar la obra personalmente.
Su referencia al ambiente en el estudio de Leonardo durante la creación de la Mona Lisa (con gente cantando o tocando, y bufones que la hacían estar alegre), nos indica que lejos de la imagen romántica del artista solitario en su estudio, haciendo investigaciones de mecánica y anatomía y retocando a veces sus pinturas inacabadas, en realidad en el estudio de Leonardo había muchos ayudantes y aprendices trabajando simultáneamente en diferentes tareas y diversas pinturas y probablemente había bastante bullicio.
A pesar de los datos que aporta la Biografía de Vasari, siempre han existido dudas sobre la verdadera identidad de la mujer que aparece retratada como la Mona Lisa.  Sigmund Freud estudió la pintura para apoyar sus teorías psicoanalistas sobre la homosexualidad y llegó a la conclusión de quela pintura reflejaba una preocupante masculinidad”, es decir, que el personaje retratado podría ser un hombre. 
Se ha debatido la hipótesis de que la Gioconda podría ser el propio Leonardo travestido como mujer, y también se han hecho estudios en los que se identificaba al modelo de La Gioconda con uno de los discípulos favoritos de Leonardo, que en esa época era un adolescente: Gian Giacomo Caprotti, llamado “Il Salai”, que a menudo hizo de modelo del artista y probablemente fue también su amante.
La Gioconda y Salai
Es muy probable que la pintura de la "Mona Lisa" del Prado sea una copia realizada por este mismo discípulo: Andrea Salai mientras Leonardo creaba la pintura original.
La modelo de la pintura: Lisa Gheradini, aparece sentada en una galería o balcón corrido desde el que se divisa un paisaje de los Alpes, que probablemente habría admirado Leonardo en Milán en su anterior estancia con Ludovico “El Moro”. 
En el lado de la izquierda de la pintura aparece un lago que probablemente es el de Como, mientras que en la parte de la derecha de pintura podemos ver un río, probablemente el Adda que atraviesa el lago de Como, aunque el nivel de las aguas entre ambos lados de la Mona Lisa no son concordantes y son imposibles desde el punto de vista de la hidrodinámica. En la derecha también aparece un puente que atraviesa el río Adda (que casi ningún espectador de la obra percibe), y que muestra una vez más el interés de Leonardo por la arquitectura y la ingeniería, por encima de la propia naturaleza. Se ha especulado sobre si el río de la derecha sería un recodo del Arno a su paso por Florencia (donde se hizo el encargo y se creó la pintura) y esto quizá podría justificar el desnivel entre ambas partes del cuadro.

LA CREACIÓN DE LA MONA LISA

En la primavera del año 1503 Leonardo acababa de volver a Florencia desde Milán y no tenía aún ningún encargo en perspectiva, así que probablemente aceptó el encargo privado de un retrato de la esposa de Francesco Bartolomeo del Giocondo: Lisa Gheradini, para celebrar su segundo embarazo.

La tabla fue pintada por Leonardo en su estudio entre 1503 y 1506, aunque nunca entregó la pintura original al mercader florentino. Cuando el artista abandonó Florencia para volver a Milán en 1508 aún permanecía inacabada y se la llevó consigo. Trabajó en ella de nuevo de 1510 a 1515 y nunca dejo de retocarla hasta el fin de su vida en Francia, donde se encontraba todavía en su estudio.

Es probable que uno de los discípulos mas próximos al pintor en Florencia fuera creando en paralelo al retrato original de Leonardo una copia del mismo, sin duda corregida por el propio artista (y puede que incluso retocada por la mano del maestro).

Copia  aparecida en 2005
Esta era una práctica habitual en los estudios del renacimiento, y Leonardo ya había tenido un pleito en Milán por hacer una copia del retablo de “La Virgen de la Rocas”, encargado por unos monjes para su iglesia de "San Francesco". El retablo final que realmente se entregó a la cofradía de monjes, era una copia y estaba hecho por uno de los alumnos de Leonardo que llego a ser un famoso pintor: Ambrogio dePredis, y que se expone ahora en la National Gallery de Londres  En el 2005 se descubrió incluso una tercera versión mucho mas parecida a la primera, que podría ser la copia realizada en el estudio mientras que Leonardo pintaba la obra original que nunca se entregó y que hoy esta en el Louvre.


Hay un ejemplo aún más impresionante de la costumbre habitual en el estudio de Leonardo de hacer copias mientras el maestro creaba la pintura original.   Se trata de la célebre pintura "Leda y el Cisne", una de las obras mas hermosas y aclamadas del maestro, que también fue propiedad del rey de Francia  Luis I y estuvo expuesta en el palacio de Fointeneblau.  En "Leda y el Cisne" aparece una doncella griega desnuda en la clasica pose de "contraposto", abrazando a Zeus en forma de Cisne Negro, con los cuatro hijos (nacidos de dos huevos) que había tenido la pareja:  Los Gemelos: Castor y Polux, Helena de Troya y Clitemnestra.
Es el único desnudo femenino pintado por Leonardo y Leda aparece como una mujer bellisima con un cuerpo femenino perfecto. Lo curioso es que este cuadro a pesar de ser tan conocido ya no existe, se ha perdido para siempre. Solo nos quedan varias copias, y una de ellas es la hecha por su discipulo mas querido: Francesco Melzi en el estudio, mientras Leonardo creaba su famosa pintura. La obra ahora esta en la Galería Uffizi y hasta hace poco se había atribuido a Jacopo Pontormo que fue también alumno de Leonardo en Florencia durante una temporada.
LEONARDO DEJA LA MONA LISA
Cuando Leonardo estaba trabajando aún sobre la Mona Lisa recibió un importante encargo de la Signoría Florentina: la creación de un fresco para la sala de “de los 500” (la sala de los diputados que gobernaban la “republica” de Florencia bajo la tutela de los Médici) en el Palazzo Vecchio de Florencia, mientras que para la pared de enfrente se había encargado otro fresco a su rival Miguel Ángel.  Ambos deberían estar finalizados antes de Febrero del año 1505.

El fresco encargado a Leonardo sería “La batalla de Anghiari” conmemorando una victoria de los Florentinos frente a los Milaneses. El diseño de Leonardo debía ser impresionante y se han perdido incluso los bocetos, pero afortunadamente se conserva una maravillosa copia de Peter Paul Rubens llamada “La lucha por el estandarte”, que reproduce la parte central del fresco original de Leonardo:
Copia de Rubens de la parte central del fresco de Leonardo
Aqui podemos ver también uno de los dibujos preparatorios del "cartón" del propio Leonardo.
Cabeza de Guerrero
Leonardo acabó su fresco, pero su estilo pictórico no era el adecuado para la elaboración de murales ya que su trabajo era lento y hacía numerosos retoques sobre la pintura antes de su secado, por ello en vez de emplear la técnica habitual en los frescos a base de tempera, que no admite ningún retoque, empleó una técnica diferente (al “encausto” probablemente la misma empleada en muchos de los frescos de Pompeya) con la que ya había tenido una experiencia desastrosa cuando realizó el fresco de “La Última Cena” en el refectorio de “Santa María delle Grazie” en Milán.

Leonardo intentó emplear hogueras para el secado de su pintura, logrando que se desprendiera la parte superior del fresco y probablemente estropeando también el de su rival.   Miguel Ángel tampoco acabó su mural sobre La batalla de Cascina que mostraba la victoria de los Florentinos sobre los Pisanos, porque no permaneció mucho tiempo en la ciudad de Florencia. Acabó el “cartón”  pero sólo una parte del fresco, y regresó a Roma en 1505 llamado por Julio II, para trabajar en la tumba del Papa.  Únicamente tenemos una copia de la parte central del cartón original de Miguel Ángel realizada por el pintor Bastiano da Sangallo.

Hoy ambos frescos están cubiertos por otros murales hechos bajo encargo de Cosme I de Médici por Vasari (autor de las “Vite” y también el artista que pintó todos los frescos de la cúpula del Duomo de Florencia: "Santa Maria dei Fiori").   Sin embargo, quizá por respeto hacia Leonardo, se cree que Vasari no se atrevió a enlucir con yeso el fresco original de Leonardo e hizo construir una pared separada unos pocos centímetros de la pintura original, que quizá se conserve aún en su antigua pared. 

Vasari escribió en el fresco titulado: “La Batalla de Marciano”, en un estandarte llevado por los guerreros la siguiente frase misteriosa: “Chi Cerca, trova”, es decir: “El que busca, encuentra, tal vez refiriéndose a esta pintura de Leonardo preservado y oculta para la posteridad por Vasari, en una cámara escondida tras su fresco.

De la documentación disponible sobre el mural de Leonardo  “La batalla de Anghiari” , sabemos que al menos uno de los ayudantes que colaboraban con el artista, y que también trabajaban en su estudio de Florencia, era de origen Español. Aparece en los documentos como Ferrando Spagnolo, pittorey probablemente se trataba del pintor nacido en Ciudad Real: FernandoYáñez de la Almedina, o bien el también pintor Hernando de los Llanos nacido en Cuenca (en el pueblo de Santa María de los Llanos) o tal vez en Albacete.

LAS GEMELAS SE SEPARAN

Cuando Leonardo aceptó el importante encargo del fresco de “La batalla de Anghiari” para la sala del Consejo de Florencia, inmediatamente dejó de trabajar en su pintura de la “Mona Lisa” y volcó todo su entusiasmo en su nuevo encargo; en los dibujos preparatorios y en la creación del “cartón” del mural a tamaño natural, e incluso en el diseño y montaje de un ingenioso andamio plegable para tener un rápido acceso a la pared donde pintaría el fresco.

Puede ser que la copia de la “Mona Lisa” que hoy tenemos en el Prado, haya sido la pintura que realmente entregó Leonardo al mercader Francesco Giocondo que había realizado el encargo. Si fue así, esta copia se habría ido elaborando por alguno de los mejores discípulos de Leonardo, en el propio estudio del artista en Florencia, al mismo tiempo que el maestro estaba trabajando todavía en la pintura original entre los años 1503 a 1506.

Leonardo conservó y siguió retocando su pintura original de la "Mona Lisa " durante toda su vida, quizá en busca del retrato más perfecto realizado nunca a una mujer.  Se llevó la pintura inacabada primero cuando regresó a Milán desde Florencia en 1508 y también cuando fue llamado por el nuevo Papa León X (El sucesor del papa Julio II, que era el segundo hijo de Lorenzo el Magnífico y realmente se llamaba Giovanni de Médici), y se trasladó a Roma con la Gioconda en el año 1513.

Sabemos también que cuando Leonardo finalmente se marchó a Francia en 1516 con su nuevo protector el Rey Francisco I (que acababa de reconquistar Milán a los Lombardos y después había firmado la paz con el Papa León X) se llevó con el tres pinturas: la "Mona Lisa", el "San JuanBautista" y la obra "Santa Ana, la Virgen y el Niño”, junto con todos sus instrumentos y sus codices llenos de notas de ingeniería, estudios de anatomía y de hermosos dibujos, y que estas obras permanecieron en su estudio hasta su muerte, en el castillo de Amboise, en Francia, en el año 1519.
Recreación de Leonardo con el Rey Francisco I de Francia
 LA GIOCONDA DESPUÉS DE LEONARDO

El Rey de Francia Francisco I compró la obra por 4.000 escudos de oro (un precio muy alto para la época) después de la muerte del pintor en 1519, quizá para tener un recuerdo de Leonardo al que quería  como un padre, y se la llevó primero al Palacio de Fontainebleau, y finalmente al Palacio de Versalles de donde pasó al Louvre tras la Revolución Francesa. Napoleón también se llevó la pintura a su residencia en las estancias de Josefina.

En el Louvre fue robada hace ya más de un siglo (el 21 de agosto de 1911) por un Italiano que la arrancó del marco y se la llevó bajo su bata (en la investigación se culpó del robo al escritor Apolinaire y al pintor Pablo Picasso).

Permaneció dos años y medio en paradero desconocido (durante los cuales fueron vendidas varias copias como “la autentica Gioconda” a millonarios americanos y a un coleccionista Brasileño, por un Argentino que luego se descubrió que había sido el auténtico “cerebro” inductor del robo). Por este motivo aún existen algunas dudas de que la Mona Lisa que se exhibe actualmente en el Louvre no sea una copia distinta del original de Leonardo, que tal vez se habría perdido para siempre durante el robo, o quizá podría estar en una cámara acorazada de algún coleccionista de arte sin muchos escrúpulos.

Una vez recuperada en Florencia después de más de dos años, fue expuesta en varias ciudades de Italia antes de volver al Louvre. Finalmente recibió el impacto de una piedra, y fue rociada con ácido en 1956 (ambos actos vandálicos en el mismo año)

La Mona Lisa del Louvre se exhibe hoy en día con la tabla dentro de una urna de cristal antibalas de 4 cm de grosor, cuyo ambiente: temperatura y humedad se mantienen constantes (a 20 °C y 50%), alejada del público por una barandilla que no permite admirarla muy de cerca.

Aunque es uno de los cuadros mas visitados del mundo, su estado es lamentable, como podemos apreciar en esta ampliación de su famosa sonrisa. La pintura esta cuarteada y los barnices muy oscurecidos

La sonrisa de la Mona Lisa con la pintura cuarteada
La tabla tiene una grieta vertical que llega hasta la cabeza de la modelo y que pudo producirse cuando fue arrancada del marco en su robo de hace un siglo (en 1911), pero al analizar la tabla con infrarrojos se ve que la grieta de 12 cm de largo es la parte visible de una grieta mas profunda que tal vez ya tenía la tabla desde un principio. En el siglo XIX se reparó la grieta con dos remaches por el reverso de la tabla en forma de lazo o de mariposa, aunque en la actualidad uno de ellos se ha perdido.


LOS DISCÍPULOS DE LEONARDO


Aunque Leonardo fue a Francia con Luis I como "primer pintor , arquitecto y mecánico del rey", ya no pudo pintar ninguna nueva obra porque sufrió una apoplejía que le paralizó el brazo derecho. Leonardo era zurdo, pero dejó los pinceles y en Francia solo realizó algunos bocetos y dibujos.  

En este último viaje de Leonardo a Francia junto con la "Mona Lisa", le acompañaron también sus dos discípulos más fieles, Giovanni Francesco Melzi procedente de una familia Milanesa noble pero empobrecida y Gian Giacomo Caprotti da Oreno conocido por el mote de Il Salai (el diablillo), que era hijo de unos campesinos de Milán . Estos discípulos le acompañaron durante gran parte de su vida en todos sus viajes y permanecieron con el hasta su último momento (Salai abandonó Francia un año antes de su muerte), recibiendo parte de su herencia.
 
Leonardo tuvo otros muchos discípulos en las diferentes ciudades en las que desarrolló su trabajo y algunos de ellos llegaron a ser pintores reconocidos como los Milaneses Giovanni Antonio Boltraffio y Ambrogio de Predis que imitaron perfectamente los claroscuros y los sfumatos del maestro.  Además de Andrea Salai y Francesco Melzi tuvo otros ayudantes como Ferrando Spagnolo del que ya hemos hablado, Pietro Marani, Alessandro Vezzosi, Bernardino dei Conti y el Milanés Marco d'Oggiono que empleaba también como fondo para sus retratos, paisajes y montañas de los Alpes muy semejantes a las de su maestro.
 El bello perfil griego de Salai dibujado por Leonardo

ANDREA SALAI
Gian Giacomo Caprotti entró a su estudio de Milán en 1490 como aprendiz con tan solo 10 años, y a pesar de sus travesuras que hicieron que Leonardo le pusiera el mote de Il Salai (el diablillo), llegó a ser un buen pintor que firmaba sus propios cuadros como Andrea Salai o Salaino.

También fue su modelo en varios frescos y pinturas, y aquí podemos verle retratado como San Juan Bautista
Salai como San Juan Bautista

Es bastante probable que Salai y el pintor mantuvieran relaciones homosexuales y sin duda esta fue la relación más estable de Leonardo (que nunca se casó ni tuvo hijos), ya que le acompañó durante casi toda su vida llegando a ser uno de sus discípulos más fieles (estuvo con el más de 25 años).  Salai abandonó a Leonardo en 1518 (una año antes de la muerte de su maestro) y regresó a Milán, donde se construyó una casa en uno de los viñedos de Leonardo que más tarde le legó el pintor en su testamento.  Murió pocos años después en Milán (en 1525) a consecuencia de un duelo.

FRANCESCO MELZI

En 1506 durante su segunda estancia en Milán, Leonardo incorporó a su estudio a un nuevo aprendiz que entonces tenía 15 años; se llamaba Giovanni Francesco Melzi, y era hijo de un aristócrata Milanés en la ruina.   Melzi no fue uno más de los muchos discípulos que trabajaban en el taller de Leonardo, sino que llegó a ser uno de los alumnos mas queridos del maestro, al que acompañó hasta su muerte, y asistió en los años de su vejez en Francia, cuando Leonardo tenía paralizada su mano derecha por una aploplejía (aunque afortunadamente Leonardo era zurdo).

Acompañó a Leonardo en todos sus viajes desde 1506 (como también le acompañaría la pintura inacabada de la “Mona Lisa”), primero en su traslado a Roma en 1513 llamado por el nuevo Papa Médici (León X) y luego a Francia en 1517 como protegido del Rey Francisco I.
Autorretrato de Francesco Melzi
Incluso desplazó en el cariño del maestro a su anterior discípulo favorito: Andrea Salai, recibiendo en los documentos de Leonardo el mote cariñoso de Cecho” y “Cechino”.  
Sus relaciones con el maestro no están muy claras: Vasari, que se entrevistó con Melzi para escribir la biografía de Leonardo en sus “Vite” insinúa una relación homosexual entre el discípulo y el maestro cuando dice de el que era: “Bellissimo fanciullo molto amato da Leonardo”. Sin embargo Melzi a su vuelta a Milán después de la muerte de Leonardo, se casó y tuvo ocho hijos.

Fue también su secretario particular, su albacea testamentario y quien administró su herencia durante 50 años. Heredó del maestro “los pinceles” y los valiosísimos códices de Leonardo, con el encargo (que nunca llegó a cumplir) de publicarlos, aunque gracias a su trabajo de organización y recopilación le tenemos que agradecer la supervivencia del “Trattato della Pintura” de Leonardo. Las posesiones y los viñedos del artista en Italia fueron repartidos entre su otro discípulo Salai, sus hermanos y su criado: Battista di Vilussis.

Vasari no menciona a Melzi como un gran pintor (mientras que  si lo hace así cuando habla de Salai), pero si sabemos que llegó a ser una gran dibujante y su participación en las últimas obras en el taller de Leonardo es indiscutible. Muchos de los dibujos y diseños de Leonardo únicamente han sobrevivido gracias a las copias de Melzi, mientras que los originales se han perdido.  La copia de la "Leda y el cisne" de la Galeria Uffizi también se ha identificado como una obra de Melzi.

También se conserva de Melzi el único retrato auténtico de la madurez de Leonardo, porque el “autorretrato” con el que habitualmente identificamos al artista, es imposible que represente su verdadera imagen ya que el pintor nunca llegó a tener una edad tan avanzada, y además el retrato aparece referenciado como el “Dibujo de un anciano” y no como su autorretrato.

¿QUIEN HIZO LA GIOCONDA DEL PRADO?

Miguel Falomir, jefe del Departamento de Pintura Italiana del Renacimiento del Prado, descarta por completo la intervención directa de la mano de Leonardo da Vinci en esta pintura, es decir; la copia debió ser realizada totalmente por uno de sus discípulos. Este mismo especialista cree que por su factura podría ser obra de alguno de sus dos discípulos más próximos: Andrea Salai ó Francesco Melzi, aunque también podría haber sido creada por otro de sus ayudantes en Florencia, incluso por “Ferrando Spagnolo”, lo que no dejaría de ser una curiosa coincidencia.  Miguel Falomir se inclina por el estilo pictórico de Francesco Melzi.
Flora de Francesco Melzi y la Gioconda del Prado
Sin embargo sabemos que Francesco Melzi no entró en el taller de Leonardo hasta la segunda estancia del artista en Milán, cuando viajó en 1506 desde Florencia, ciudad en la que había recibido el encargo de la Mona Lisa (en 1503) y comenzado la pintura que nunca terminó. Descartado Melzi, lo más probable es que la copia de la Mona Lisa del Prado proceda de la mano de su discípulo favorito: Andrea Salai.

El prado esta realizando ahora una investigación mas profunda sobre el posible autor, incluyendo además de sus alumnos Salai y Melzi a sus otros discípulos: Boltraffio que llegó a ser un pintor bastante reconocido, creando obras muy parecidas a las de Leonardo, Ambrogio de Predis de cuya mano probablemente es la pintura de 'La Virgen de las Rocas' que se expone en el Museo Nacional de Londres y Marco de Oggiono, nacido en el pueblo de ese nombre cercano a Milán, y del que tenemos en Madrid la obra 'Salvador adolescente' en el Museo Lázaro Galdiano.

 EL DESCUBRIMIENTO DE LA GEMELA

La historia del descubrimiento de la Gemela de la Mona Lisa ha sido espectacular:
El Louvre presenta en este mes de Marzo (del 29 Marzo al 25 junio de 2012) una importante exposición sobre la pintura de Leonardo Santa Ana, la Virgen y el Niño” que ha sido recientemente restaurada a fondo (en medio de una gran polémica).   Por este motivo solicitó al Prado en 2010, hace ya más de dos años el préstamo de nuestra copia de la Mona Lisa, para documentar y enriquecer la exposición.  Hay que señalar que, según algunos expertos, existe un gran parecido ente el rostro de la Gioconda y el de Santa Ana.

Esto hizo que los conservadores de nuestro museo realizaran un estudio técnico mas profundo sobre la pintura del Prado, incluyendo un multiescaner espectral, fotografía infrarroja y rayos X.

Y aquí empezó la primera de las sorpresas:

EL FONDO NEGRO

Se descubrió que el fondo negro de nuestra Gioconda del Prado era un repinte al óleo realizado 200 años después que el resto de la pintura, durante la segunda mitad del siglo XVIII, quizá para que hiciera juego con algún otro retrato de fondo negro, que colgaría en alguna sala del nuevo Palacio de los Borbones de estilo Barroco Francés, que se había construido sobre el antiguo Alcázar de los Austrias después del tremendo incendio del 24 de diciembre de 1734.

Cuando los restauradores de nuestro museo comenzaron a eliminar esta capa de pintura opaca, se encontraron con que debajo aparecía un paisaje idéntico al del cuadro del Louvre pero mucho mas coloreado, nítido y definido y perfectamente conservado. Este es el aspecto del fondo cuando ya habían eliminado gran parte de la capa negra:

Podemos comparar este fragmento con la misma parte del fondo que muestra los Alpes y el Lago de Como en la Gioconda original de Leonardo, que mostrabamos antes.

Por último también existen sospechas de que otra obra de Leonardo: La dama del armiño”, en la que aparece retratada una de las amantes mas hermosas de Ludovico "el Moro", sobre un fondo negro, esconda también bajo este fondo negro alguno de los paisajes montañosos de los Alpes con los que Leonardo enriquecía y completaba sus retratos.


“La dama del armiño”, al igual que la “Mona Lisa” fue también comprada por el Rey de Francia Luis I que fue el último protector de Leonardo y que admiraba profundamente al artista, aunque  hoy se encuentra en Polonia. Esta bellísima pintura pudimos verla en Madrid en una exposición en el año 2011 en el Palacio Real.


LA COPIA GEMELA

El estudio técnico también ha derribado otro de los mitos que existían sobre nuestra pintura del Prado: la madera sobre la que estaba pintada que se había identificado como de Roble, era en realidad de Nogal.   Esta es una madera que si se empleaba en Florencia en esa época como soporte para retablos y retratos, aunque la del cuadro original del Louvre es Álamo (en algunas zonas de España también conocido como “chopo”).

La tabla original había tenido la misma preparación que la Gioconda del Louvre (que es la misma que se empleó también en 'La dama del Armiño' y en el 'San Juan Bautista'): Antes de comenzar a  dibujar y completar la pintura, se había cubierto la tabla aplicando blanco de plomo directamente sobre la madera, sin ningún tipo de yeso. 

Además, el estudio con rayos X y con luz infrarroja ha permitido apreciar el dibujo original del que se partía y los cambios que se fueron efectuando simultáneamente en ambas obras desde este diseño original.  Por ejemplo podemos ver que Leonardo y el discípulo que estaba pintando la copia, realizaron el mismo cambio en el contorno de la cabeza (que en el dibujo original era algo más grande) tanto en la Gioconda del Louvre como en la del Prado:
Reflectografía infrarroja:  Detalle de la misma modificación del contorno de la cabeza en la Gioconda del Louvre y en la del Prado
También se ha podido comprobar que en ambas Giocondas, las dos manos de la modelo estaban originalmente enlazadas y  luego fueron pintadas algo más separadas y relajadas, reposando sobre su vientre en clara alusión a su embarazo.   Esto demuestra, sin ningún género de dudas, que ambas obras fueron pintadas a la vez en el estudio de Leonardo, y bajo la revisión del maestro, y que su discípulo fue siguiendo en su pintura cada uno de los cambios que el maestro hacía en la suya.
Las restauradoras de la obra del Prado: Almudena Sánchez y Ana González Mozo, han hecho las siguientes declaraciones:
"Aunque la calidad y la factura de la copia distan de las del original, muestran notables paralelismos en su realización, desde el dibujo preparatorio hasta casi los últimos momentos de la ejecución, lo que sugiere que el copista siguió a Leonardo mientras éste trabajaba en el original".
Cuando se filtró la noticia hace unos meses, a primeros de 2012, ante el revuelo que se estaba formando, el jefe del Departamento de Pintura Italiana del Prado (Miguel Falomir) tuvo que improvisar una rueda de prensa para informar de sus investigaciones, en la que hizo las siguientes declaraciones:

"Este descubrimiento nos invita a mirar con otros ojos la obra original y es probablemente la primera copia de la Gioconda realizada en el propio taller de Leonardo Da Vinci"

"El paisaje del fondo es extraordinariamente similar al original y la pintura es consecuente con la técnica y las características de los cuadros que estaban producidos en el propio taller del artista, esta es una de las replicas que hacían sus ayudantes".

"Es como si estuviéramos en el propio taller, y en el caballete de al lado pudiéramos ver a otro artista trabajando paso a paso, copiando a Leonardo; cuando Leonardo hace un cambio, el discípulo hacía el mismo cambio…

“Cuando nos fijamos en la obra del Prado vemos como era la mona Lisa original tal como posó en su estudio en el siglo XVI.    No se trata solo de los detalles y del uso del color, también ha estado protegida de la luz y de la suciedad durante siglos, así que lo que vemos tiene un aspecto muy próximo al original.”

LAS CEJAS y LA SONRISA

Por último la Mona Lisa del Prado nos aclara una duda que se ha mantenido durante siglos sobre la Gioconda original: La Mona Lisa si que tenía cejas y pestañas.

Vasari en su libro ya había elogiado estas cejas, definidas tan perfectamente que hasta se podían ver los pelos que las componían:
«En las cejas se apreciaba el modo en que los pelos surgen de la carne, más o menos abundantes y, girados según los poros de la carne, no podían ser más reales».
Los ojos serios de Elisa tenían cejas y pestañas 
En el cuadro del Louvre ya no pueden apreciarse las cejas ni las pestañas, posiblemente por una restauración demasiado agresiva realizada en el pasado, que habría borrado los leves trazos y las veladuras con las que Leonardo las pintó originalmente, o tal vez tal vez los colores empleados se hayan ido haciendo transparentes al oscurecerse los barnices (como sostiene el técnico Pascal Cotte, que dice haber logrado detectarlas con un escáner de alta definición).

COMPARANDO LAS GIOCONDAS

La copia de La Gioconda del Museo del Prado de Madrid nos permite imaginar el aspecto original de la pintura, llena de detalles que se han ido perdiendo en la pintura original del Louvre, quizá por el paso del tiempo y el oscurecimiento de sus barnices, y también por su famoso robo, por su mala conservación, y por los dos actos vandálicos ya comentados que la dañaron (el ataque con una piedra y cuando fue rociada con ácido). La copia de la Mona Lisa del Prado esta perfectamente conservada, procede de la antigua Colección Real y aparece ya en el inventario del año 1666 del Alcázar de los Austrias de donde fue salvada en el incendio del año 1734 (junto con otras obras maestras como “Las Meninas”, aunque las perdidas también fueron tremendas).
Podemos ver una aproximación a los colores originales de la "Mona Lisa" en esta imagen procesada por ordenador, que reproducimos aquí también. Este es el enlace original en la wikipedia.
Los colores que salieron de la mano de Leonardo eran mucho mas azulados que los que se pueden ver en la obra del Louvre, cubierta por barnices que se han oscurecido que dan un tono amarillento y dorado a la pintura actual.


Gracias a la copia del Prado podemos ver el paisaje de los Alpes lleno de detalles, el colorido original del paisaje, del retrato de la modelo y de su pelo, y los hermosos adornos del vestido de Lisa Gherardini, que era la esposa de un rico comerciante.

Podemos ver también perfectamente las dos columnas de la galería en los extremos de la pintura y apreciamos muchísimos detalles del asiento y del brazo sobre el que apoya sus manos, y sobre todo,  podemos ver el velo casi transparente alrededor de su hombro izquierdo, su brazo y su codo que prueban su estado de embarazo.

La Gioconda de Madrid además nos demuestra la práctica habitual en el taller de Leonardo de hacer varias copias simultáneas de un mismo cuadro.

En este montaje podemos comparar la mitad de la Gioconda de Leonardo con la otra mitad de la versión del Prado, respetanto sus colores actuales.  Ya hemos visto que el color original de la Gioconda podría ser muy parecido al de la versión del Prado.

Superposición de las dos Giocondas del Louvre y del Prado.
JUNTAS DESPÚES DE 500 AÑOS


La Gioconda del Prado completamente restaurada y mas joven que nunca viajó a París en Marzo de 2012 para participar en la exposición del Museo del Louvre: 'La última obra de Leonardo da Vinci: Santa Ana, la Virgen y el Niño'.  Después de 500 años, ambas obras volvieron a estar juntas como cuando fueron creadas en Florencia en el estudio de Leonardo, mientras Lisa Gheradini posaba acompañada por la música para poder mantener su enigmática sonrisa.

Desde el 12 de Julio de 2012 la Gioconda de el Prado regresó a España y en la actualidad se puede ver en una sala propia provisional de la planta Baja: la sala número 49, enmarcada entre dos paneles con una nota explicativa de su descubrimiento como la única copia de la Mona Lisa hecha en el propio taller del maestro florentino, simultáneamente al cuadro original.  No podemos dejar de vistarla.

MAS INFORMACIÓN

Toda la  prensa se ha hecho eco de esta noticia y en la Red hay muchísma información sobre la Gioconda del Prado, pero la mejor sin ninguna duda es la que facilita el propio Museo en su "galería on line".

Estas son las direcciones de acceso:
COMPARANDO LAS DOS GIOCONDAS

En este enlace del díario "La Razón" podemos descargar un interesantísimo documento (en formato pdf) que analiza una a una las diferencias y similitudes entre la Gioconda original y la versión del Prado:
DESCARGAR "LAS DOS GIOCONDAS"

Por último, en este enlace del diarío "El País" hay una página dinámica que permite solapar ambas versiones de la Gioconda:   
COMPARANDO LAS GIOCONDAS

  • TERTULIA DE SABIOS   La Gioconda Española, tertulia del 2/02/2012

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